No se dejen engañar: la gran mayoría de los catalanes no somos separatistas.
Arturo Pérez-Reverte es un crack, mitja Catalunya encara gaudeix amb el capità Alatrist i les seves aventures.
Pero don Arturo, quizás por lo que vio en su época de reportero de guerra, es también un escéptico, dos cínicos y tres pesimistas. Ayer, festa gran a can separata, tuvo un día malo y se abandonó al influjo de los Puigde3% y los catabatasunos: «En efecto, creo que dentro de dos años habrá una Cataluña independiente». E inmediatamente suplicó la ayuda de los dolços: «¿Se le ocurre a usted algo que pueda impedirlo?».
Però home de Déu, don Arturo, ¡haberlo dicho antes! Que aquí estamos nosotros para deshacer el hechizo cupvergente, desembrujarle el alma y devolverle la esperanza.
Nosotros empezamos con el primer «algo que pueda impedirlo»; seguro que los dolços le ayudarán con más…
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