El Catalan Psycho no engaña a nadie.
Gabriel Rufián es, sin duda, un síntoma y reflejo de aquello en lo que están convirtiendo Cataluña los separatistas. Rufián es una especie de timador recién salido de una película de López Vazquéz y Gracita Morales, un caradura armado de desfachatez capaz de vender a quien sea para seguir viviendo del cuento. Como todo farsante, tiene una imagen pública cuidadosamente diseñada para ocultar la realidad, bastante más cutre. Así, Rufián va de conciliador pero vende su cara a un partido y una ideología que a duras penas puede disimular sus tics racistas (en numerosos posts hemos documentado el hitlerito que les sale a los nacionalistas a la primera de cambio), va de político honesto pero se le escapa que al parecer está cobrando fraudulentamente del paro, robando al resto de parados y a todos los contribuyentes; va de dialogante y -lo que…
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