El somcollonuts, también en versión gastronómica.
El gastrónomo Jaume Fàbrega ya nos deleitó hace unos meses con sus teorías: la guitarra no debería llamarse española, sino catalana; el bacalao es catalán; el cerdo ibérico es en realidad cerdo «català», y otras revelaciones por el estilo.
Ahora Fàbrega dice en el diario nacionalista Ara que la burguesía catalana se afrancesó gastronómicamente y «se convirtió en gourmet», y que «tot això era molt mal vist a Madrid, on atacaven Catalunya acusant-los de ser “afrancesados ” i no “ castizos españoles ”».
Y dice Fàbrega que la dieta mediterránea no existe, «és un concepte per amagar la catalanitat de la cuina», porque en un restaurante mediterráneo «debería haber platos griegos, turcos o libaneses, y casi todo es cocina catalana (…) pero claro, eso cierra puertas». O sea, que la dieta mediterránea es en realidad la dieta catalana…
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